NUESTRA PEQUEÑA REPÚBLICA

La historia del Patrón de Periodismo se remonta a tiempos inmemoriales, cuando el mundo se regía por la superstición y la espada. Cuenta la leyenda que había un humilde pastor de Unicornios (creemos que Manolo el de Atzavares) que vagaba por tierras ilicitanas como alma en pena. Iba de taberna en taberna afirmando ser el hijo bastardo de un dios pagano, el dios Zeus, y que fue desterrado del Olimpo.

Tras muchos años vagando por el desierto de Altabix, sin esperanzas y sin ganas de vivir, se le apareció San Cirilo, tenía la apariencia delicada de un joven de cabellos dorados que decía hablar en nombre del dios del inframundo, Marshall McLuhan. El joven lacayo del malvado señor de los infiernos le dijo al pastor que debía separar las aguas del río que cruza por Atzavares para poder encontrar el medio y el mensaje, el apesadumbrado pastor no entendía la misión para la que había sido elegido. Tras varios días pensando, entendió que debía sacrificar su vida actual por el pueblo atzavareño. Estuvo deambulando por el desierto cuarenta años hasta que finalmente encontró lo que con tanto anhelo estaba buscando.

El medio y mensaje no era algo palpable, algo que se pudiera tocar, sino algo que estaba dentro de su corazón, un sentimiento y se vio en la obligación de crear un lugar en el que desarrollar ese pensamiento. Como en la Academia de Platón, el pastor debía crear una seña de identidad propia y una construcción en la que poder inculcar su doctrina. Así nació el edificio de Atzavares, como cuna del pensamiento y la razón, donde en un principio no sólo hubieron expertos en letras, sino atletas y gladiadores que ya en esa era llevaban chándal, muelles y zapatillas TN. Dentro de la propia escuela hubieron rencillas entre los periodistas y los atletas. Se enfrentaron en una cruenta batalla llamada La Guerra de los 125 años (aunque en realidad duró seis meses) y en la que ganaron los prostitutos de la información (gracias a la intervención de San Cirilo) con algunas condiciones. Tendrían una Sanción Real por la cual no podrían tener cantina en los los 350 años venideros, y deberían compartir la única sala de computadoras que existía.

Como muestra de agradecimiento a San Cirilo, cada año, los periodistas hacen una bacanal en su honor. El sacrificio humano se abolió con la nueva LOGSE. En la actualidad se le venera como lo hacían los antepasados, con cantidades ingentes de alcohol y con ritos esotéricos.